La fotografía de recién nacido “newborn” es realmente el primer recuerdo de tu bebé. Un recuerdo que tendrás para siempre, ese primer momento en el que una sonrisa fugaz aparece en su carita diminuta, un movimiento ligero de cabeza y un instante en el que abre los ojos grandes para después cerrarlos y sumergirse en el más profundo sueño, la tónica de éstos primeros días.
Recuerdo la primera vez que tuve a mi pequeño en brazos, acariciar sus deditos y su fina pelusilla que asomaba por encima de su cabecita. De vez en cuando se estremecía y soltaba algún sonido gracioso para luego dormirse placenteramente. Todavía lo recuerdo, pero es cada vez más borroso. Empecé a hacerle fotos para que nunca se me olvidara y siempre que eche de menos esos momentos, poder recurrir a las fotos y recordar.
Ahora doy gracias por ese hobby que tenía, me río cada vez que veo las fotos y se las enseño a él también. No puede creer que era tan pequeño y siempre que viene alguien a casa quiere enseñarlas para que vean qué guapo y canijo era él cuando tenía sólo unos días de vida. Esos días nunca volverán, nunca volverá a ser así de pequeño y guardaré sus fotos de recién nacido como el tesoro más preciado que tengo.
Ese es el momento que querrás recordar de tu bebé y esos gestos son lo que busco con mi cámara para plasmarlo en papel: su fugaz mirada, su sonrisa dulce o traviesa, sus minúsculos deditos que muchas veces agita sin parar o su apacible cara al quedarse dormido. Fotografiar sus primeros días de vida es tan tierno que convierte este tipo de fotografía en el arte más delicado del mundo.
Creo que todos los papás deberían tener este regalo, un regalo para ellos, para los niños y para sus familias.